Ruta 5
Pueblos apagados,
con personas
para las que esta noche
solo une dos días de su vida,
indiferentes
a que en mi nuevo universo
distancia ya no es velocidad por tiempo.
Cada kilómetro quema años.
El túnel se sostiene,
apenas,
entre las luces del auto y el peso
de la noche.
Atrás una garganta insomne
grita
acusa
reclama por la vida que no ha sido,
llora.
Una culpa gigante
promete
perseguirme adonde vaya, no soltarme.
Miedos que me pisan los talones.
Asfalto, calor.
El auto huele a fracaso.
Huida con insectos que se estrellan contra el vidrio.
No puedo detenerme.
Ya no puedo.
Adelante, un abismo autoinfligido.
Pretextos a los parientes.
Evasivas a los amigos.
Un 3 ambientes sin ladridos
ni pasto.
Sólo llevo
un bolso con ropa
y recuerdos que aún no son viejos.
Cigarrillo en la banquina.
No hay nadie en un millón de kilómetros.
La noche, los bichos, las lágrimas.
Estoy solo.
Me queman el calor del asfalto y del fuego
de todos mis puentes incendiados.
Me queman el calor del asfalto y del fuego
de todos mis puentes incendiados.