Hola! Te va a resultar raro que, a pesar de hablar casi todos lo días, te escriba por acá. Sabé que habrán pasado algunos desde ahora que estoy escribiendo esto hasta que recibas este mail. Programé el envío para dentro de 5 días. Es que quiero estar segura de que no es un impulso más. Ya me conoces. No me enorgullece para nada ser así. Recuerdo que una vez me pedí un taxi a las 2 am porque en lugar de darme bola jugabas al solitario. Metáfora con poco simbolismo, si las hay. Igual ya fue todo, eso quedó atrás. ¿Hoy qué somos? ¿Amigos? Estos tiempos extraños nos reunieron de nuevo, creo que nos pudimos acompañar un poco, Desde esa mirada que compartimos, que un psiquiatra definiria como depresiva, y yo llamaría gris. Realista, nos gustaba decir. ¿Sadder but wiser? Yo creo que si, un poco si. Deprimidos vemos las cosas sin esa pátina rosadita que le da el amor o algún sentimiento de esa calaña. Solo con vos puedo hablar de esta manera. Fue así desde el día uno. Al final estamos casi hermanados. No se si estás de acuerdo con eso, capaz la friendzone no es tu ciudad preferida. Igual no importa, yo a vos te puedo hablar con todas mis palabras y por eso ahora te escribo este mail que vas a leer en unos días porque, claramente, no lo borré. No te rías. También pudo haber pasado que me haya olvidado de que lo escribí. Te estas riendo.
Quería decirte que te extraño mucho, pero no como se extraña a una amiga. Nos extraño, un poco como extraño mi otra vida, la de antes. Sobre todo por las mañanas y las noches. Creo que en las tardes estábamos un poco cansados de nosotros. Extraño tu piso 21 con vista a todo; el balcón de fumar y beber. Extraño que me hicieras shows de cocinero francés desde tu barra, cocinando algún pastiche, mientras yo me reía sentada en el sillón de chapar y ver películas. Extraño caminar de noche esas dos cuadras desde Callao hasta tu calle. A veces me venías a buscar pero creo que prefería más llegar sola, subir a ese ascensor con música ridícula (esa música existe o es una seguidilla random de notas que arma un mal programador?) y que me esperaras casi pegado a tu puerta, para darme un beso breve y enseguida empezar a contarme alguna pavada y cuál iba a ser el menú de la noche. Cocinabas horrible, perdón que te lo diga. Ese pollo seco! (Tip, ya que estamos: El pollo se deja descongelar el día anterior en la heladera. Si lo cocinas congelado es un zapato imposible de masticar). Y ya que estamos con los reproches, tampoco supiste nunca, en tres años, de qué color me gustaba el café con leche. Eso no se si te lo voy a poder perdonar alguna vez. Siempre lo hacías refuerte y oscuro. A mi el café con leche me gusta color café con leche, que es como un dulce de leche más claro. O sea, no una taza de petróleo cortado. Pero algo en vos no aceptaba, se ve, mi cafeconlechismo. Ahora, lo bueno es que me hacías el desayuno. Eso si.
No sé qué nos pasó o si lo que nos pasó es lo que suele pasar. Nosotros, que somos realistas, lo sabemos.
Sin embargo nos conocimos escribiendo y sé que para vos, que sos un poco como yo, las palabras son importantes. Y un poco de inspiración y suspiros en este tiempo tan lúgubre, vienen bien. No tengo idea a dónde nos puede llevar esto. Solo quería mandarte este mail y decirte que te quiero.
Todavía podemos llorar un poco más.
"A mi el café con leche me gusta color café con leche"
"Todavía podemos llorar un poco más"
💯