El placer más grande, empezar el día bajando la visera del casco para encarar la vida, todo parece diferente cada vez y ese es el presente, será la luz, la estación, el estado mental, la situación emocional, el aire, es así, no reconozco el paisaje bajo los ojos aún habiéndolo visto ayer, es que ayer era otro, completamente diverso. Todavía no se pintarlo, no me entra en cabeza cómo funciona aquí la perspectiva, la profundidad, el color, sin embargo está todo muy claro, es eso, está ahí no cambia como a mi me parece que cambia sino de una forma muy extraña, la personalidad del paisaje, la actitud del viento o del pasto. los árboles secos o floridos, el follaje azul, la ruta llena de curvas y contra curvas, esas nubes. Lo que te cambia la cabeza, no es lo que uno piensa que te cambia la cabeza. Es todo lo que no podes misurar, lo que no podes siquiera imaginar que te la hubiera cambiado, es lo que te pasa desapercibido y al fin te golpea en el centro, lo que te confunde y te centra al mismo tiempo. La vida es un oximoron, queremos vivir pero vamos muriendo, está quien se suicida todo sano y el que lucha por un momento más todo enfermo. Está quien aprovecha cada segundo y quien desperdicia años y sin embargo la rueda sigue para unos y para otros. Bueno, para el suicida no, pero deja daños a sus allegados, si los tuviera, porque también existe gente que no le importa a nadie, que no tuvo los vínculos o no supo, o no le aconteció. También existe la duda de si es mejor morir de golpe o ir preparándose con una enfermedad, existen las dos cosas, nunca lo pude descular, ni preguntando, nadie sabe, nadie contesta, no se deciden. Mi conclusión es que si estás enfermo mejor morir de golpe y de manera espectacular, si no, mejor es ir dilatando el tema, arreglar los asuntos y apagarse lentamente. no se si hay muerte decorosa, pero aunque todo vaya bien, estaremos acabados.
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